domingo, 19 de diciembre de 2010

Jhon William Cooke


John William Cooke: peronista y socialista. Puro patria y pueblo. Diputado por el peronismo entre 1946 y 1952, siempre crítico y siempre patriota. El 16 de junio apareció en la plaza de Mayo con la 45 listo a morir por la Patria.
Participó en la resistencia, siempre fiel a Perón y fue preso por eso. El general Perón lo reconoció como el único dirigente político 100% leal. Articuló las relaciones del peronismo con los movimientos revolucionarios de todo el Tercer mundo y con Cuba. Murió antes de ver los fuegos de 1969-73, en 1968, mientras caían los guerrilleros de Taco Ralo.
Vayamos por partes. El Bebe, el gordo Cooke, el John William, era platense, de la calle 50 entre 4 y 5. Lo era desde el 14 de noviembre de 1919.
Devorador de literatura, gran jugador de poker, no de naipes, que asimila con juegos de tono español y cuando más de truco criollo, pleno de picardía y de astucia: no; el Bebe era gran jugador de poker, digno de fullerías y caballerosidades, solo compatibles con florilegios de un señorito inglés, que puede defender su partida en simples gestos de coraje silencioso, o de desplantes belicosos, si alguien transgrede las reglas elementales del fair play un simple caballero inglés, en la arrogancia íntima de una carta - al todo o nada, en el simple pase a barajas, porque la partida, no da para más...!
Pero ese jugador de etiqueta sajona, bailaba el tango - como ninguno, y si el entrevero daba para más, cada corte o quebrada podía abrir el íntimo - chamuyo de un varón, para la mina que había caído en su mirada...
Bailarín y chamuyador, hombre de poker y de silencios..., siempre arropaba una frase de la gran literatura, como sobrando al acontecimiento, ese que como piensa Badiou, el Alain Badiou de la filosofía francesa que él no alcanzó a conocer, la búsqueda real de la filosofía se condiciona por los procedimientos de tal verdad que están en - la ciencia; el arte (el poema), la política y la verdad amorosa.
A mi se me da, que el Bebe, le chamuyó al francés, desde el otro mundo, este recorrido inmenso del nombre de la verdad, poniendo a su servicio, esa subjetividad interminable, que blandió en cada uno de esos procedimientos...
Con ellos, con esos procedimientos, construyó su huella antioligárquica, recorrida sin pausas, sin pedir disculpas, ni piedad, ni permiso, en la edificación como nadie por la liberación nacional.
Así junto a Avelino Fernández y a Sebastián Borro, estará identificado contra la ignominiosa entrega al extranjero de nuestro patrimonio y levantando esa calificación inmejorable del peronismo como el hecho maldito de la política burguesa argentina.
Si de platense se trata y en épocas lejanas, debemos advertir su paso por la Unión Universitaria Intransigente, allí, con Juan Cornejo y con Rene S. Orsi, el filoso y fiero polemista e historiador de la patria en rebelión para presagiar su independencia, creció su militancia política, aún en situación ambigua. El hombre, Orsi, que revivió en sus páginas las epopeyas de Dorrego, Alem, Jauretche y Scalabrini, como la de San Martín y Artigas tal vez señalando una huella que el Bebe también recorrerá.
Pero hay otra influencia, es la de César Marcos, el autodidacta que se pegará a los libros que le permiten atender a nuestro revisionismo histórico.
César anuda con el Bebe esa amistad intensa que endereza la literatura, la historia, la pasión nacional y los fasos y los tragos. Y llegará el 17 de octubre y el Bebe, con los obreros en la Plaza de Mayo, despega sin demoras y ahora sin dudas, un trajinar anti imperialista y popular.
Después llegará la diputación el 24 de febrero. El Bebe será diputado y el peronismo le impondrá a la burguesía, su tormenta con ráfagas de ciclón; los delegados de fábrica, los convenios colectivos, precios máximos, aportes jubilatorios, pleno empleo, salarios en aumento, aguinaldo, justa y digna legislación laboral; salud pública con la revolución de la capacidad instalada, de Carrillo y la vigencia nítida de los trabajadores en el poder político... allí está el Bebe, siempre con el consejo y el aliento de César Marcos, ahora su secretario y siempre su amigo.
Juntos elaboraban y defendían ese planteo que los diarios de la oligarquía calificaban como el ritornello anti imperialista...
Entonces llegará con la caída del peronismo, la resistencia, la clandestinidad, la prisión, y detrás de esa resistencia, se agranda la figura del Bebe como el hombre de mayor confianza del Perón exiliado.
Recordemos a la lucha en el Frigorífico Lisandro de la Torre; fue un 17 de enero de 1959. Sebastián Borro encabeza la rebelión. Hasta Vandor, no buen amigo de Sebastián, acepta en llamar a la Huelga General. El propio Sebastián señala que Cooke no organizó la huelga, pero se solidarizó de inmediato con los trabajadores.
Allí, en su proclama dice:
No sabemos si este movimiento es subversivo, eso es una cuestión de terminología y en los países coloniales son las oligarquías las que manejan el diccionario.
La Huelga se profundiza, Frondizi, el presidente, convoca a los dirigentes gremiales para dialogar. Van Sebastián, Avelino Fernández, Jorge Di Pascuale y algún otro.
Borro le dice al Presidente, mientras Ud. vaya a los EE.UU a entregar nuestro patrimonio, nosotros le vamos a parar el país...
Mire, mocito le dice Frondizi, yo no voy a aceptar sus intimidaciones... y los dirigentes se retiran y comienza la represión, con el Ejército y la gendarmería; con tanques, embisten los portones, los derriban y el ejército, con gases y balas toman el Frigorífico.
El pueblo sale a la calle. Mataderos es una cerrada resistencia popular...
Cooke logra pasar al Uruguay... acusado de subversivo...!
Llegará abril del 60 y Cooke invitado por la Revolución va a Cuba... Lo confunden a su llegada y lo detienen, allí llega el Che y Cooke puede asistir a la reunión a la que fue invitado.
En Cuba, su militancia lo lleva a defender la revolución, hasta con las armas, frente a la invasión de la Bahía de los Cochinos.
Siempre creyó que:
• El peronismo es el hecho maldito del país burgués y que aunque se trate de un movimiento policlasista es la clase trabajadora la que lo debe conducir.
• El hecho maldito del país burgués; en términos de hoy:
• El hecho antagónico de la burguesía...
Ha terminado la relación dialéctica, para convertirse en una certera relación antagónica..., entonces será revolucionaria, o no será... Casi como los ecos vivos de Eva Perón proclamando el estado revolucionario del peronismo.


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